miércoles, 8 de junio de 2022

Sobre el efecto FOMO

Sobre el efecto FOMO
| En la tablet, laptop o el teléfono celular, el FOMO hace estar pendiente de novedades de amigos.

Estás pasando historias desenfrenadamente en Instagram desde hace varios minutos, hasta que de pronto una te llama la atención y te detienes. Tu amiga del gimnasio está en un bar, con otras chicas. Todas tienen un trago en la mano, sonríen alegremente, sacan la lengua y posan de formas varias. En ese instante pasas a estar muy consciente de que es sábado a la noche y que estás plácidamente en tu cama, eligiendo qué película mirar. Y pasaste en ese lugar la mayor cantidad de horas del día. Te sentíste mal. Te hubiera gustado haber salido y estar pasándola tan bien como ellas.

Eso que acabas de sentir, tiene un nombre. Se llama FOMO, una sigla en inglés que se desarma en Fear of Missing Out: temor a perderse de algo. Es una patología psicológica que puede manifestarse en una sensación de ansiedad ante la posibilidad de que otros estén viviendo una experiencia gratificante de la que uno se está perdiendo.


Abordando integralmente el concepto



Definición

El síndrome FOMO , es el acrónimo de la expresión inglesa fear of missing out, que comúnmente se le encuentra definido en diversas publicaciones, como miedo a perderse algo en las redes sociales, un universo virtual que se ha convertido en una extensión inevitable de la vida real de muchas personas.

Wikipedia lo define así:

FOMO (del inglés fear of missing out, «temor a dejar pasar» o «temor a perderse algo») es una patología psicológica descrita como «una aprensión generalizada de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente». Este tipo de ansiedad social se caracteriza por «un deseo de estar continuamente conectado con lo que otros están haciendo». FOMO también se define como un miedo al arrepentimiento, que puede llevar a una preocupación compulsiva de que uno pueda perder una oportunidad de interacción social, una experiencia novedosa, una inversión rentable u otros eventos satisfactorios.

FOMO está asociado a la tecnología y las redes sociales. Se trata de un tipo de ansiedad social causada por la impresión de que el resto del mundo está teniendo experiencias gratificantes y divertidas sin la persona que lo sufre. Esto provoca la necesidad de estar siempre conectado y un miedo irracional a la sensación de estar perdiéndose algo. 

En realidad, deriva del tradicional miedo a la exclusión, a no pertenecer al grupo, pero las nuevas tecnologías lo han agravado. Para los jóvenes, y también para muchos adultos, es un síndrome que les mantiene pegados a las pantallas de sus dispositivos. Guiados por el miedo a perderse un acontecimiento, un momento vital en grupo, una experiencia, una celebración, un viaje… Que otros muestran a través de las redes sociales y que el que lo ve no está viviendo en ese momento exacto.

A través de las redes sociales estamos siempre conectados, viendo qué hacen los demás con su vida, los momentos más felices, los lugares más impresionantes y una imagen siempre positiva y triunfalista de la vida de cualquiera. Esta conexión nos hace sentir que todos pertenecemos al mismo grupo, tanto con amigos y conocidos como con otras personas a las que no se conoce, como famosos e influencers, cuya vida, en realidad es muy diferente. 

Ahí es donde radica el problema. Todas esas personas muestran vivencias que solo vemos a través de la pantalla, lo que provoca la sensación de exclusión y el FOMO. A raíz de esta serie de pensamientos, se generan sentimientos de soledad, aislamiento, baja autoestima y tristeza que también pueden acabar en angustia, ansiedad, adicción e incluso depresión.

Significado





efecto FOMO
“FOMO” tiene una interpretación polisémica, es decir de varios significados:
  1. Miedo a perderse algo (algún acontecimiento importante: FIESTAS O EVENTOS)
  2. Miedo a estar fuera o quedarse aislado (Es como una fobia social, pero invertida)
  3. Miedo a quedar excluido o solo (Autofobia)
  4. Miedo a no saber que hacen los demás (amigos, familiares, contactos en general)


El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro. Woody Allen


Marco teórico

La teoría de la autodeterminación afirma que el sentimiento de parentesco o conexión con los demás es una necesidad psicológica legítima que influye en la salud psicológica de las personas. En este marco teórico, FOMO puede entenderse como un estado autorregulador que surge de la percepción situacional o a largo plazo de que no se satisfacen las necesidades de uno.


Perspectiva de la psicología

De tal manera que en el “FOMO”, experimentamos ansiedad y después miedo, a continuación se explican ambos conceptos:

Miedo: Es la respuesta de alarma innata y biológica ante situaciones amenazantes o que ponen en riesgo la vida (Halguin & Krauss, 2004).

El miedo, según el DRAE, “es aquella perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario” y es un sentimiento común a todos los seres humanos (El confidencial, 2015).

Ansiedad: Respuesta global y orientada al futuro, que implica componentes cognoscitivos y emocionales, en la que el individuo se encuentra usualmente aprehensivo, tenso e incómodo ante la posibilidad de que algo terrible suceda (Halguin & Krauss, 2004).

Como podemos observar en el «FOMO» se juntan simbólicamente: el miedo, la ansiedad y un riesgo imaginario de quedar aislado y en la paradoja cerebral a aislar presencialmente a las personas, como sucede con el Phubbing, el cual se describe más adelante.

Aunque el síndrome FOMO se antoja relativamente nuevo, en sí mismo es antiguo, quizá tanto o más que el refrán: «No se puede estar en misa y repicando». Por lo general, las personas tenemos que decidirnos por una opción a cambio de renunciar a otra. Pero ¿y si la actividad que descartamos resulta más interesante o emocionante que la que hemos elegido? ¿Y si nuestros amigos presumen al día siguiente de haber asistido a «la fiesta del año» y nosotros nos la hemos perdido porque preferíamos ir a otro evento, al parecer, menos divertido?

Los miedos universales



Énfasis:
Todos tenemos miedos y culturalmente la mayoría de los miedos son compartidos con otras personas.

Karl Albrech, doctor en Psicología, describe en la Revista Psychology Today que hay cinco miedos básicos: Miedo a la muerte, miedo a perder la autonomía, Miedo a la soledad, Miedo a la mutilación y Miedo a sufrir daños y perjuicios al ego (El Confidencial, 2015).

Etiología

Es considerado un nuevo trastorno de ansiedad, ya que dentro de esto se encuentran: la angustia, fobias específicas, la fobia social, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo compulsivo TOC, y el trastorno de estrés agudo y de estrés postraumático TEPT.

Este temor o conjunto de temores tiene un origen social, pues como seres humanos somos seres sociales y relacionales (Fischer, 1990).

Un tercio de la población mundial sufre de FOMO (Significados, 2018).

¿Qué lo produce?

Wikipedia cita 5 causas básicas:

  • Mal uso de las redes sociales.
  • La cantidad excesiva de información que se maneja en Internet y las redes sociales.
  • Baja autoestima
  • Déficit de satisfacción en necesidades psicológicas.
  • Soledad.

En resumidas cuentas influyen básicamente en este problema, el uso de las redes y el uso de la tecnología (teléfonos celulares y dispositivos para conectarse en la red).

Es importante señalar que existen más de 70 redes especializadas, sobre fotografías, estilos de vida, turismo, móviles, videos, negocios, redes sociales e internacionales.

Una red social es un tipo de aplicación, que se utiliza a través de Internet con un navegador, que sirve para conectar a las personas con sus amigos y para hacer nuevos amigos en el proceso (Villamil, 2016).

Dentro de ellas, las más usadas y conocidas son Facebook, Twitter e Instagram.

Así, para quienes quieren tener una buena imagen en la red, en general solo comparten las cosas agradables esto puede hacernos pensar que la vida de los demás si es divertida, agradable y que esa vida si vale la pena vivirla, no la nuestra

El FOMO es el temor a perderse de algo
El FOMO es una fuerte conexión social

¿Quiénes son más vulnerables a padecerlo?

Todas las personas somos vulnerables de padecer «FOMO». Sin embargo, existen poblaciones más vulnerables como son los jóvenes porque en su independencia de la familia su mundo social y el contacto con sus amigos es lo que da sentido a su vida.

El FOMO genera dependencia de las redes sociales y la tecnología, ya que se busca satisfacer la necesidad de saber constantemente lo que están haciendo otros e induce a desear mostrarle al mundo cómo queremos ser, no cómo somos en realidad, y que no nos quedamos fuera de nada.

Son las generaciones más jóvenes las que más sufren este miedo a perderse algo, porque son las que más tiempo pasan conectados con otros a través de las redes. Según indican los profesionales de Orbium, consulta especialista en tratamiento de adicciones, estrés y ansiedad, “la adicción a redes sociales, y a internet en general, se ha convertido en uno de los principales problemas en la población joven actual”. 

Este equipo de psicólogos, psiquiatras y terapeutas explica que “el fenómeno FOMO hace referencia a la necesidad irresistible de estar continuamente conectados y participar de manera activa. Con lo que, las distintas plataformas que existen hoy en día para establecer contacto en vivo y directo desempeñan un papel crucial en el desarrollo de adicciones al móvil e incluso a consolas de videojuegos que permiten la interacción en línea con otros jugadores”. 

La preocupación de que los mejores acontecimientos sucedan sin la propia presencia desasosiega, sobre todo, a los jóvenes. Alrededor de un 40 por ciento de los adolescentes experimenta esa intranquilidad con frecuencia o de vez en cuando, según afirmaron participantes de esas edades y de habla inglesa en una encuesta de la agencia de publicidad multinacional JWT. En cambio, un escaso 11 por ciento de los encuestados mayores de 50años confirmó que ello les inquietase. Los investigadores atribuyen la diferencia entre unos y otros al valor que las generaciones más jóvenes otorgan a las redes sociales. De hecho, plataformas como Facebook, Instagram y Twitter favorecen el miedo a quedarse atrás. Precisamente, la función principal de tales aplicaciones consiste en facilitar al usuario el contacto con sus compañeros y amigos, ponerse al día recíprocamente y participar en la vida de los demás. También si se encuentra a largas distancias.

fomo-jovenes

En la interacción con la red, podemos sentir

  • Aislamiento, al no saber qué pasa en el mundo de mis contactos,
  • Comparación, al suponer que los otros hacen cosas interesantes y yo no,
  • La necesidad de consultar obsesivamente las redes y sentirse mal sino lo pueden hacer,
  • Adicción al Internet, y materialmente sufrir malestar sino puedo hacerlo, es como el síndrome de abstención de los drogadictos,
  • Nomofobia (miedo a quedarse sin celular, sin pila, sin conexión a internet),
  • También podemos experimentar otras emociones además de miedo como la envidia, por la vida que vemos de los demás cuando nos comparamos con ellos.
  • Sentirnos con baja autoestima y depresión al creer que nuestra vida no es igual de interesante que la de nuestros amigos, conocidos o contactos.
  • Incluso podemos llegar a sentir que nuestra vida es nada en comparación con la gama de posibilidades (viajes, festejos, ambientes y actividades que realizan los demás).
  • Sin ser consciente de ello, aislar presencialmente a los demás, cuando estoy consultando constantemente mi teléfono celular (Phubbing)

Sentirnos conectados por Internet, pero desconectados del mundo real. Eso es el fenómeno Phubbing (Universia, 2016).


Diagnóstico, ¿cómo saber si tenemos «FOMO»?



Síntomas

Tenemos «FOMO» cuando al alejarnos de nuestras redes y dispositivos de contacto, experimentamos los siguientes síntomas:

  • Ansiedad,
  • Miedo (aislamiento social),
  • Nomofobia (perder el contacto, no tener móvil, no tener red, no tener pila),
  • Phubbing (ignoramos a los demás por estar al pendiente de nuestro móvil),
  • Adicción a las redes o al teléfono (consultar obsesivamente nuestras redes sociales),
  • Depresión,
  • Baja autoestima.

Conductas características del Fomo

Según los especialistas en psicología de Orbium, las conductas sintomáticas más identificables de FOMO son:

  • Consultar las redes al despertarse y antes de dormir. 
  • Las redes sociales abarcan las principales actividades cotidianas. 
  • Se tiende a involucrarse cada vez más porque brindan recompensas y confort.
  • Se experimenta sensación de autoeficacia, pertenencia y satisfacción en las redes sociales.
  • Sne empieza a ignorar las relaciones reales, cambiándolas por la interacción virtual.
  • Hay una importante disminución del bienestar emocional.
  • Aparecen sensaciones de inseguridad, evitación e irritación ante actividades reales.
  • Mayor uso del móvil para no perderse otras experiencias.
  • Aparecen la ansiedad, la sensación de soledad y abandono y exclusión por no participar.
  • Estrés asociado a experiencias negativas con otros usuarios de redes sociales (haters, acoso)
Sobre el efecto FOMO
| Trastorno FOMO.

El deseo de enterarse de las vidas ajenas y contar la propia a los demás –el exhibicionismo o deseo de protagonismo– no son una novedad, la diferencia está en que las nuevas tecnologías nos proporcionan los medios necesarios para hacerlo de forma inmediata, y con imágenes que ilustran lo que queremos contar. Redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram permiten que cualquiera pueda comparar su vida con las de muchos otros en tiempo real.

Las personas con FOMO consultan compulsivamente las redes por temor a no enterarse de lo que sucede en su entorno, quedar excluidas de algún evento, o que otras personas hagan cosas más interesantes que ellas

Conductas que muestran agravamiento

Para estos expertos en psicología, el FOMO aumenta cuanto más se usa el móvil, la tablet o el ordenador con videojuegos colectivos, y debe atajarse con tratamientos contra la adicción a los móviles o a las nuevas tecnologías e internet. El FOMO se considera un problema grave cuando:

  • Se utilizan los dispositivos de forma excesiva, se revisan las redes sociales de manera obsesiva y se documenta la vida propia constantemente.
  • Disminuye la motivación académica o laboral.
  • Aparecen problemas de autoestima, autoconcepto e incluso de imagen personal.
  • Se alivia el malestar con la interacción en las redes, pero solo a corto plazo.
  • Hay problemas para relacionarse con otras personas en la vida real. Este es un aspecto más preocupante entre los adolescentes, cuyo momento vital ya plantea problemas en este sentido.

Los que sufren este nuevo síndrome necesitan estar permanentemente conectados a Internet, y consultar compulsivamente las redes, el correo electrónico o el WhatsApp, por temor a no enterarse de cualquier cosa que suceda en su entorno, a quedar excluido de algún evento o, lo que es peor, a que otras personas puedan estar haciendo cosas más interesantes o divertidas.

El problema surge cuando la desconexión genera angustia y, al compararse con los demás, el individuo se llega a cuestionar incluso sus propias elecciones. Por ejemplo, cuando una persona desea pasar la tarde del sábado en casa viendo una película o un partido de fútbol mientras saborea unas palomitas y un refresco, y cuando un mensaje en el móvil le revela que unos amigos han quedado para ir a una fiesta, comienza a sentir ansiedad aunque no le apetezca en absoluto asistir, y ya no disfruta de su plan porque no puede dejar de pensar que ellos lo van a pasar mucho mejor.

El FOMO es el temor a perderse de algo
| Joven adicta al móvil

Las redes sociales y el FOMO



Las redes sociales pueden ayudar a acercar a la gente y a compartir información.

Sin embargo, el raudal de actualizaciones, invitaciones y oportunidades para ganar la aprobación explícita y respuestas de amigos y familia puede crear un problema.

Para algunos, lo anteriormente dicho, los lleva al borde de una "adicción".

Probablemente, la definición conceptual del FOMO no interpele a mucha gente la primera vez que la escucha, pero es cuestión de llevarlo a ejemplos concretos para entender la facilidad con la que casi todos los usuarios de las redes sociales lo hemos sentido alguna vez.

El FOMO es el temor a perderse de algo
| Las redes sociales nos permiten conocer las vidas de otros y compararlas con la nuestra

Sí, las redes sociales juegan un rol fundamental: nos permiten estar constantemente conectados, compartiendo lo que cada uno elige mostrar de su vida, y a su vez consumiendo lo de otros. Esa mega conexión, que hace unos años habría sido inimaginable para la mayoría, acarrea características muy positivas y, a su vez, peligrosas.

El exceso de horas que pasamos navegando las redes sociales nos otorga cierta sensación de pertenencia. Nos sentimos conectados unos a otros. Ese sentimiento fue clave, por ejemplo, cuando comenzó la cuarentena a raíz de la pandemia del COVID-19. En Instagram podíamos ver que tanto Justin Bieber como nosotros estábamos viviendo una realidad similar. Independientemente de las diferencias contextuales, ambos estábamos encerrados. Y nuestros amigos y conocidos, también. Se experimentaba cierto confort en saber que “estábamos todos en la misma”.

Y, cuando se quiebra esa sensación de conexión, es cuando aparece el FOMO. Cuando de pronto Justin Bieber dejó de transmitir en vivo. Cuando nuestros conocidos se juntaron a cocinar ravioles con salsa y los mostraron orgullosos en los estados de WhatsApp. Cuando nuestros primos fueron a tomar un café a Starbucks y publicaron la foto de sus vasos con el nombre. Cuando todo eso ocurría y nosotros, en lugar de protagonistas, éramos tan solo espectadores a través de nuestro celular.

Cuanto mayor tiempo se pasa en redes, mayor la chance de sentir FOMO
Cuanto mayor tiempo se pasa en redes, mayor la chance de sentir FOMO

No es una locura pensar que, cuanto mayor tiempo pase uno en las redes sociales, mayor riesgo hay a experimentar el FOMO en algún momento. Y, dado que estadísticamente son las generaciones más jóvenes las que más tiempo pasan conectados con otros a través de las redes, son ellas las que más podrían llegar a sufrir este miedo a quedarse afuera de algo.

La sensación de FOMO puede ser propiciada por un sentimiento de soledad y bajo autoestima. Este combo genera, en muchos casos, una alta dependencia a las redes sociales. ¿Por qué? Por el sencillo motivo de satisfacer la necesidad de asegurarnos constantemente lo que están haciendo nuestros amigos y conocidos.

Hasta acá, lo mencionado sobre el miedo a quedarse afuera fue puramente descriptivo. Pero hay un accionar que se dispara de todos estos sentimientos y que pocas veces es mencionado. El deseo intrínseco de quienes sentimos el FOMO, de mostrarle al mundo que, efectivamente, no nos estamos quedando afuera de nada.

¿Cómo es eso? Básicamente consiste en publicar fotos de cada cosa interesante que estamos haciendo. De cada plato gourmet que comemos. De cada lugar lindo que visitamos. Es una forma de hacerle saber a todos que no somos esa persona que estuvo todo el día tapada con la frazada en su cama. No: somos una persona con una vida interesante y que, lejos de sentir FOMO, nuestras actividades son tan atractivas que le pueden generar FOMO a los demás.

Cuántas cosas hacemos solo para la foto
Cuántas cosas hacemos solo para la foto

Puede parecer una tontería, pero ¿cuántas veces escuchaste o dijiste la frase “es solo para la foto de Instagram”? “¿De verdad te vas a comprar esa campera? Sí, pero tranqui, es solo para la foto”. Y es que, ¿cuántas cosas hacemos solo para la foto? Porque, como dice el dicho, si no hay una foto, es porque no ocurrió.

En recitales, eventos, acontecimientos relevantes: siempre la primera fila es de personas filmando con sus celulares. Eligiendo compartir con los demás antes que disfrutar el momento a solas. ¿Y cuál es el motivo detrás de esto? ¿Podría ser la necesidad de aparentar que tenemos una vida interesante? ¿Podría ser el de demostrar que estamos lejos de ser víctimas del FOMO? ¿Podría ser el de, en contrapartida, provocarle FOMO a los demás?

O puede ser una combinación de todas ellas. Pero lo que es importante recordar para todos aquellos que hemos sentido este miedo alguna vez, es que la vida de nadie es un recuadro de 1080x1080 pixeles. Ese es tan solo un fragmento de una realidad que desconocemos, con un detrás de escena que jamás vimos ni veremos. Solo teniendo esto presente cada vez que naveguemos por las redes sociales podremos evitar caer en la ansiedad que nos genera ver que otros están viviendo todo aquello de lo que nosotros, por propia voluntad o no, nos estamos privando.


Pack de recomendaciones en casos de FOMO



Que hayas sufrido FOMO en alguna ocasión o durante un tiempo no significa necesariamente que seas adicto a Internet, pero el uso inadecuado de las nuevas tecnologías puede generar una dependencia de la red que es conveniente prevenir siguiendo algunos consejos:

  • Establece prioridades. Recuerda que la cantidad de información que eres capaz de manejar es limitada y céntrate en las personas y los datos que realmente te interesan o te puedan ser útiles.
  • Dosifica tu presencia en las redes. Así evitarás ser el cansino del grupo, y mejorarás tu imagen y tu reputación online.
  • Pasa a la acción. Si estás permanentemente conectado por miedo a lo que te puedes perder, lo que de verdad te estás perdiendo es la vida. En vez de mirar lo que hacen los demás, y dedicar tu tiempo de ocio a fotografiar, grabar, y publicar tus actividades, disfruta de las buenas experiencias y compártelas con los que te importan.
  • Aprovecha las redes para enriquecer tu vida social, recuperar el contacto con antiguos amigos o compañeros de estudios o de trabajo, conocer personas con aficiones comunes, mantener el contacto con seres queridos que viven lejos…, y no para aislarte en un gueto cibernético.
  • Analiza y reflexiona. ¿De verdad crees que los que están siempre actualizando su estado y colgando fotos en las redes se lo pasan mejor que tú?
  • Planifica tu ocio, y dedica tiempo a descansar, a no hacer nada, a estar con tu familia y amigos, a practicar tus aficiones…
  • Realiza ejercicio y actividades al aire libre. Es sano, es divertido, y favorece la desconexión.
  • Fomenta el lenguaje verbal manteniendo conversaciones frecuentes, en persona o por teléfono. El tono de voz y los gestos son insustituibles a la hora de transmitir emociones.
  • Limita el tiempo de conexión diaria. Establece un tiempo máximo cada día –10 o 15 minutos– para acceder a las redes y responder a las actualizaciones de estado. Si alguien quiere contactar contigo tiene otras formas de hacerlo.
  • Cambia de vida. Puede que sufras FOMO porque no te gusta la vida que llevas; es hora de que te preguntes qué es lo que va mal y qué puedes hacer para cambiarlo.
  • Auto regular, nuestra propia presencia en las redes sociales con el fin de que no se convierta en una conducta adictiva, ni obsesiva.
  • No compararse con el supuesto bienestar de los demás en las redes sociales, es un hecho que «lo que ves en las redes sociales, no es lo que es en realidad«.
  • Aunque para el cerebro la vida virtual es lo mismo que la vida presencial, es mejor tener experiencias con personas reales de carne y hueso.
  • Aprovecha las redes sociales, para contactar a viejos amigos y darles mantenimiento a tus amigos reales, no para vivir únicamente en un mundo virtual.
  • Cuando alguien realmente disfruta la vida, no se preocupa tanto en subirla a la red, sino en disfrutarla, quienes lo hacen, generalmente tienen baja autoestima y necesidad de reconocimiento social, y se olvidan realmente de disfrutar los momentos presenciales de la vida,
  • Puedes planificar tu tiempo de descanso y tu tiempo de contacto con la red. la convivencia presencial con los tuyos es más importante que la convivencia virtual, esa es sólo una opción entre muchas más.
  • Realiza actividades presenciales y de contacto con otras personas, como: hacer ejercicio, cantar, bailar, jugar, dar una caminata, hacer yoga o meditar.
  • Dale más importancia al contacto real que al presencial, el contacto cara a cara, activa toda la sensorialidad de tus sentidos: escuchar la voz de alguien, tocarlo socialmente, disfrutar su perfume favorito, abrazarle y besar a un ser querido no tiene precio. Esto se realiza de forma presencial, no virtual.
  • Si estas en una reunión familiar o con amigos, pasa una canasta en donde puedan quedar resguardados todos los celulares para realmente disfrutar el evento.
  • Establece tu propio tiempo virtual para estar conectado, pero da prioridad al tu tiempo presencial.
  • Si sientes que te ha atrapado el “FOMO” tienes la opción de cambiar de hábitos.
  • Si no pudieras con todos los efectos y consecuencia del “FOMO”, puedes buscar una ayuda profesional.

Se puede evitar que nuestros adolescentes y jóvenes acaben sufriendo el síndrome FOMO mediante la educación, la vigilancia y la corrección del “uso desadaptativo de las plataformas digitales”, indican desde Orbium. Sin olvidar la necesidad de fomentar las habilidades sociales y la autoestima desde la infancia. 





   

Bibliografía:
www.infobae.com/

www.webconsultas.com/

www.psicoactiva.com/

https://es.wikipedia.org/

https://blog.orange.es/

https://www.investigacionyciencia.es/



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